Historia

Los albores de la sismología instrumental en Chile se remontan a 1849 cuando, I.M. Gillis, encargado de una expedición astronómica de los Estados Unidos en el hemisferio Sur, realiza las primeras observaciones en nuestro país.
El 2 de abril de 1851 el sismoscopio que Gillis instaló en Santiago lograba el primer registro de un sismo en Chile. Posteriormente, como respuesta al gran terremoto de 1906 que destruyó gran parte de Valparaíso y la zona central del país, y a proposición del entonces Rector de la Universidad de Chile, Don Valentín Letelier, bajo el gobierno de Don Pedro Montt, fundó el Servicio Sismológico Nacional el 1° de Mayo de 1908. Su primer director fue el destacado científico francés de l’Ecole Polytecnique de París, don Ferdinand Montessus de Ballore.
La primera estación sismológica con registro del movimiento del suelo y el tiempo simultáneamente fue instalada por Montessus de Ballore en el Cerro Santa Lucía en 1908. Luego se instrumentaron Tacna, Copiapó, Osorno y Punta Arenas. En pocos años le siguieron otras 29 estaciones sismológicas, configurando así una de las mejores y más modernas redes sismológicas en el mundo para esa época. Chile comenzó a ser reconocido como un país avanzado en las observaciones y estudios sismológicos.
Después del fallecimiento de Montessus de Ballore en 1923, la sismología chilena quedó limitada casi exclusivamente a la obtención de datos, perdiendo la dinámica nacional y la presencia que había alcanzado en los 15 años iniciales. Un resurgimiento se produce con el Ingeniero Federico Greve, Director del Servicio Sismológico entre 1941 y 1958, quien construyó sismógrafos mecánicos y logró reponer parte del material que había comenzado a quedar obsoleto. Greve recopiló y sintetizó la información sobre intensidades para sismos históricos complementando la labor iniciada por Montessus de Ballore.
A fines de los años 70 y comienzo de los 80 se instala la primera red de sismológica analógica de soporte telemétrico en la zona Central de Chile. Los equipos, un total de 7 sensores, fueron adquiridos con fondos de las Naciones Unidas (OIEA) a través de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, los que junto a las estaciones existentes de Peldehue y Santiago, permitieron dotar a la Región Metropolitana de la primera red sismológica densa. En los años siguientes, con aporte de CODELCO, se instalaron otras 4 nuevas estaciones de similares características a las instaladas a comienzos de los 80, expandiendo la red hacia el Sur hasta la ciudad de San Fernando. A fines de la década de los 90, el Servicio Sismológico recibe un aporte de recursos que le permite ampliar y actualizar la red con estaciones digitales. Así mismo se inició una política de instalación de estaciones sismológicas en regiones.

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